Recientemente tuve la oportunidad de asistir al seminario “Regalos Espirituales” ofrecido por Rev. Ron Karstetter y Bowman Kell en Unity de Fairfax. Fue un taller de auto-exploración en el cuál a través de ejercicios y meditación los asistentes buscábamos respuestas a las siguientes preguntas:
¿Qué servicio me hace sentir feliz?
¿Qué servicio hago bien?
¿En qué servicio contribuyo a la humanidad, a Dios?
Cada alma tiene un propósito divino. Cada uno de nosotros ha encarnado con capacidades y talentos para servir, para dar. Cuando ponemos nuestras habilidades y talentos en servicio a la humanidad y trabajamos en lo que más nos llena, las horas pasan volando y lo que hacemos lo desempeñamos con alegría. Es ahí cuando cumplimos con nuestro propósito divino en la tierra.
En este mes de julio celebramos la Independencia de los Estados Unidos. Te invito a reflexionar, lo que haces, en tu trabajo remunerado o trabajo voluntario, ¿lo haces por complacer a otros? ¿Estás cumpliendo/obedeciendo las expectativas de otros? ¿Eres libre? La verdad es que si no eres feliz haciendo lo que haces es muy difícil hacer sentir feliz a los demás, aun cuando quieras complacerlos.
Te invito a que busques en tu interior y te lances a vivir tu vida libre, honrando tu potencial divino.
Namaste,
Marangely Sandvik